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El magnífico contenedor que los arquitectos Enguita & Lasso de la Vega han recreado en esta vivienda madrileña del barrio de Los Jerónimos encierra una encadenación de espacios limpios y llenos de luz, donde obras de arte contemporáneo de primer orden conviven en armonía con el mejor diseño.
El edificio de esta vivienda en Madrid es un paradigma de la noble arquitectura residencial del barrio de Los Jerónimos –en el que se enclava– en las postrimerías del siglo XIX: zócalos de granito, cimentaciones y muros de ladrillo tosco sin revestir, detalles de fachada muy simplificados... La casa había estado abandonada durante años y ha sido el estudio de arquitectura Enguita & Lasso de la Vega el encargado de rehabilitarla. Ellos han sabido trasladar a los interiores aquella filosofía de extrema sobriedad gracias a un planteamiento conservacionista. La necesidad de adaptar el proyecto a un modelo actualizado hizo que se modificase la obsoleta distribución original. "Nuestro principal objetivo –comentan los arquitectos– fue recuperar el maravilloso espacio de salas encadenadas paralelas a la fachada, con vistas al parque de El Retiro, y acondicionarlas al modo de vida de sus moradores, que, sin niños entonces, desearon planificar la casa para futuros hijos".
El otro gran desafío de la reforma fue dar cabida a la magnífica colección de arte contemporáneo de los propietarios de forma que las obras se convirtiesen en protagonistas del espacio. Todas y cada una de las estancias, desde el salón a la cocina y los dormitorios, sirven como escenario expositivo para una muestra multidisciplinar donde las piezas de pintura, escultura, fotografía y diseño se exhiben en habitaciones diáfanas y luminosas, de paredes y techos blancos, y bello suelo de madera en espiga. La idea era crear una caja inmaculada de ambientes semivacíos que pusiera en valor tanto la arquitectura como el contenido. Son superficies limpias de ruido ornamental que, sin embargo, no restan en ningún momento valor a la vivienda como un hábitat extremadamente acogedor.
- Restauración. Para conservar en el interior el espíritu austero y elegante de la arquitectura original, se optó por recuperar los suelos de madera y carpinterías de toda la casa, así como las molduras, que se simplificaron con el fin de definir los techos de cada sala. Los muros se pintaron con temple blanco.
- Método expositivo. Siguiendo criterios museográficos, las obras de arte se ubican de forma coherente distribuyendo los grupos por estancias. En cada una se acompañan de muebles emblemáticos del siglo XX, con los que entablan un contenido diálogo.
www.learquitectura.com Realización: Loreto López-Quesada